La ciudad de Melilla es, con diferencia, la que más temporadas ha
podido disfrutar de su equipo en la categoría LEB oro. De hecho, son ya
diecinueve las campañas consecutivas que el Club Melilla Baloncesto ha
disputado esta liga. Todas desde su creación.
En su proyecto de este año, los de la ciudad autónoma han apostado
por un equipo experto y agresivo, que enarbola, como seña de identidad, la intensidad defensiva, el dominio del
rebote en su propia zona y la claridad en ataque, donde siempre buscan las situaciones
de ventaja.
En su plantel, destaca la solidez que confiere a la dirección de
juego la presencia de dos veteranos bases que superan la treintena, Garrido y
Sánchez; el poderío interior, sobre todo en lo que defensa y rebote se refiere,
que garantizan gladiarores como Wright, Laso o Gatell; mientras Bravo y
Butterfield son los encargados de poner la dinamita en el juego exterior.
Enric Garrido. Base. 1,78 m. 32 años. El base titular
del equipo es un jugador experto en la categoría que destaca por imprimir un
ritmo alto de juego y por su dominio de las situaciones de pick and roll, ya
sea asistiendo a su compañero o amenazando con su buena muñeca desde el triple.
Eric Sánchez. Base. 1,82 m. 32 años. Complemento
perfecto para Garrido, el onubense es un jugador de equipo que sabe implicar y
hacer jugar a sus compañeros. No es una amenaza en el lanzamiento exterior
aunque es peligroso en transición.
Pelayo Larraona. Base. 1,70 m. 24 años. Este base pequeño
de estatura y eléctrico en su juego apenas dispone de minutos.
Carles Bravo. Escolta. 1,93 m. 35 años. El jugador más
veterano de la plantilla es además el máximo anotador del equipo. Amenaza
constante desde el perímetro, Bravo es también un muy buen pasador y un
esforzado defensor.
Spencer Butterfield. Escolta. 1,90 m. 22 años. Aunque no asume demasiados tiros este
“novato” es un auténtico killer. Lanza desde cualquier posición con muy buenos
porcentajes y, a pesar de su estatura, es de gran ayuda en el rebote.
Eloy Almazán. Alero. 1,99 m. 30 años. Es el mejor
defensor perimetral del equipo de la ciudad autónoma, un jugador de esos que se
gana los minutos por su trabajo incansable más que por su calidad técnica. Lanza
de tres con muy buenos porcentajes y ayuda en el rebote.
Joan Tomàs. Alero. 2,02 m. 22 años. El jugador más joven del equipo, es otro
jugador sacrificado en defensa que además cuenta con la ventaja de ser muy
versátil. No destaca en nada pero aporta en todas las facetas de juego
(lanzamiento exterior, rebote, defensa…).
Georgios Tsiaras. Ala pívot. 2,05 m. 32 años. El griego es
el único jugador interior del equipo melillense con capacidad para tirar de
fuera. Es, además, un excelente pasador. Destaca por su capacidad ofensiva más
que por su trabajo defensivo.
Adrián Laso. Pívot. 2,05 m. 24 años. El ex del
Fuenlabrada y del Breogán destaca por su fortaleza física. Es un excelente
defensor y un reboteador de primer orden. Además, ha ampliado su rango de tiro
e insluco se ha atrevido en varias ocasiones a tirar de tres.
Edu Gatell. Pívot. 2,03 m. 25 años. Jugador trabajador, comprometido e intenso
en ambas partes de la cancha, este ex del Basquet Coruña tiene facilidad para
el rebote ofensivo y para colocar tapones. Además, en ataque es peligroso por
su verticalidad en las continuaciones tras bloqueo.
Devin Wright. Pívot. 2,01 m. 28 años. Otro jugador interior que destaca por el
trabajo sucio. Wright es un gladiador de la zona, uno de los mejores defensores
interiores de la categoría –si bien a veces un tanto demasiado agresivo- que
poco a poco va puliendo algunos de sus defectos en ataque. Los tiros libres
continúan siendo su asignatura pendiente.
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